Al principio estaba un poco dubitativa cuando vi esta receta en un suplemento de cocina de la revista de decoración Micasa, pero al final me arriesgué y no me arrepiento en absoluto. Es un delicioso helado que combina muy bien con fresas o con cualquier otro fruto rojo, moras, frambuesas....
INGREDIENTES:
100 ml de vinagre balsámico de Módena
100 ml de agua
100 gr de azúcar
25 gr de miel
3 yemas de huevo
2 dl de nata para montar
ELABORACIÓN:
En un cazo, calienta el agua junto con el vinagre, el azúcar y la miel. Remueve de vez en cuando con una cuchara de madera hasta que consigas un almíbar.
Bate las yemas e incorpóralas poco a poco hasta que notes que la mezcla coge cuerpo.
Déjala enfriar. Una vez que esté a temperatura ambiente, monta la nata y añádela.
Mezcla con movimientos envolventes y métela al congelador durante 6 horas. Cada hora saca el helado y bátelo para que no se formen cristales y quede cremoso.
A la hora de servirlo, lo acompañé de fresas y un poco de sirope de chocolate.
Una forma refrescante de acabar el fin de semana.
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